Mendoza: Fundación Huentala habilitó un nuevo refugio nocturno para personas en situación de calle


Desde el 28 de junio, comenzó a funcionar un refugio nocturno destinado a personas en situación de calle en la ciudad de Mendoza. La iniciativa es producto de un acuerdo conjunto entre la Municipalidad de Mendoza, el Arzobispado local y la Fundación Huentala, perteneciente al Grupo Huentala

El espacio, cedido por la fundación, está ubicado en la calle San Juan al 900 y permanecerá operativo hasta el 31 de agosto. El objetivo principal es brindar alojamiento, comida y asistencia básica durante los meses de invierno.

El albergue ofrece 40 camas con sábanas, frazadas, calefacción, duchas con agua caliente, desayuno y cena diaria. Su horario de funcionamiento es de 20 a 11 h, todos los días. La gestión está a cargo del municipio, que también coordina la articulación con distintos actores del sistema de salud y asistencia social. El espacio busca cubrir necesidades inmediatas y generar un entorno seguro para las personas que pernoctan allí. La iniciativa se enmarca en un modelo de atención integral que apunta también a la inclusión social y laboral.


Durante el período de funcionamiento, los asistentes recibirán apoyo de equipos interdisciplinarios que ofrecerán servicios de atención primaria de salud, orientación psicológica, gestiones documentarias y capacitaciones en oficios. 

El programa incluye también la articulación con empresas y organizaciones que puedan facilitar oportunidades de empleo. Las autoridades esperan que esta combinación de asistencia básica y herramientas de reinserción genere mejoras sostenidas en la calidad de vida de los beneficiarios.

La directora del Grupo Huentala, Ronit Camsen, destacó el compromiso de la fundación en la continuidad de este proyecto. Explicó que, además de ceder el espacio físico, los hoteles del grupo colaboran en la provisión de servicios como el desayuno. 

Camsen subrayó la importancia del trabajo conjunto con el municipio y la Iglesia, y expresó que el proyecto parte de la premisa de que la calle no es un lugar adecuado para nadie, especialmente en épocas de bajas temperaturas.

El refugio tiene antecedentes en una experiencia similar desarrollada durante el invierno de 2024. En aquella ocasión, 62 personas fueron asistidas durante 45 días. Un 70% logró acceder a un empleo formal, y se gestionaron más de 30 turnos médicos y cinco documentos nacionales de identidad. 

La propuesta contó con el apoyo de operadores municipales, voluntarios, grupos parroquiales y fuerzas de seguridad, lo que permitió consolidar una red de colaboración. Este año, se retomó el mismo esquema con los mismos socios institucionales.

Desde la Fundación Huentala se afirmó que el propósito de este tipo de iniciativas es generar un impacto sostenido en sectores vulnerables. La articulación entre el sector privado, el Estado y organizaciones civiles busca construir respuestas más eficaces ante la problemática de la exclusión social. La experiencia del refugio se integra dentro de un enfoque de responsabilidad social que combina atención directa con estrategias de acompañamiento hacia la autonomía. Las autoridades locales señalaron que se trata de una política que complementa otras líneas de acción en curso durante el invierno.