Ayer, la asamblea de accionistas de Aerolíneas separó de su cargo al director designado en representación de los trabajadores, Pablo Biró, secretario general de la Asociación del Pilotos de Líneas Aéreas (APLA).
Desde el gremio fueron contundentes: "Esto constituye un claro avance hacia el vaciamiento de la compañía ya que no habrá freno ni control legal de lo que resuelva el directorio".
Por medio de un comunicado destacaron que se trató de una nueva medida para llegar al objetivo propuesta: Cerrar Aerolíneas. "El gobierno de Milei sigue adelante con su ofensiva contra la empresa, sus trabajadores y sus sindicatos", explicaron.
"Pese al rechazo parlamentario a incluir la privatización de Aerolíneas Argentinas en la Ley Bases, al enorme repudio que ha merecido el anuncio oficial de cerrar nuestra aerolínea de bandera o bien “tirársela por la cabeza a sus trabajadores” y a la sucesión de paros y movilizaciones de los sindicatos aeronáuticos en defensa de sus puestos de trabajo".
Contra los intereses de la aerolínea de bandera
En cuanto a la expulsión de Biró indicaron que los motivos argumentados por la empresa contra el dirigiente gremial son, en realidad, los motivos por los que los sectores populares acusan al gobierno fascista de Milei y a su directorio de Aerolíneas adicto.
"Son precisamente el gobierno nacional y el directorio de Aerolíneas quienes, con sus decisiones y políticas antinacionales y antipopulares, actúan en contra de los intereses de la aerolínea de bandera, amenazan de múltiples formas a sus trabajadores y atentan contra un sistema de transporte aéreo al servicio del pueblo argentino", afirma el comunicado.
Fabián Lombardo, un panqueque más
A su vez, señalan al presidente de AR por su pase de filas. "Les recordamos al obsecuente presidente de Aerolíneas, Fabián Lombardo (ahora tan mileísta y antes fervoroso gerente y defensor de la gestión peronista de Pablo Ceriani), y al vocero presidencial Manuel Adorni, que no fue Biró en su función como director sino miles de trabajadores aeronáuticos, en asambleas masivas a través de sus sindicatos representativos, quienes decidieron organizar huelgas y movilizaciones frente al contínuo deterioro del poder adquisitivo por responsabilidad de la gestión empresaria, para la cual es más importante asignar enormes presupuestos para despedir o retirar personal que para discutir aumentos en paritarias".