En 2024, la vida de nómada digital se consolidó como una tendencia clave en el sector turístico, atrayendo a trabajadores remotos de todo el mundo que buscan combinar trabajo y viajes en destinos atractivos.
Países como Italia, que lanzó su programa de visas para nómadas digitales en abril de 2024, vieron un incremento del 3025% en búsquedas tras la apertura de su esquema. La visa italiana permite a los solicitantes residir en el país durante un año (con posibilidad de renovación), siempre que puedan demostrar ingresos anuales de USD 32.000. Italia se ha posicionado rápidamente como un destino de alto interés, especialmente debido a su rica cultura y calidad de vida.
Otros destinos, como Tailandia, ofrecen programas igualmente atractivos. Con su visa "Destination Thailand Visa", los trabajadores remotos pueden quedarse en el país por hasta cinco años, con múltiples entradas.
Costa Rica, por su parte, se ha consolidado como un destino popular entre los nómadas digitales debido a su biodiversidad y su enfoque en la sostenibilidad. Su visa, que permite una estancia de hasta tres años, tiene un costo de USD 2.219 y es renovable. Los solicitantes deben demostrar ingresos mensuales de USD 3.000. Lo que hace particularmente atractivo a Costa Rica es la posibilidad de obtener la residencia permanente tras tres años, ofreciendo una solución a largo plazo para quienes buscan establecerse en el país.
República Checa ha lanzado una visa que permite a los nómadas digitales residir entre seis meses y un año, también renovable. El costo de la visa oscila entre USD 400 y 900, y los solicitantes deben demostrar ingresos mensuales de USD 2.500. Este país europeo combina una rica historia, vibrante cultura y una ubicación estratégica en Europa central, lo que lo convierte en una opción atractiva para quienes buscan un equilibrio entre trabajo remoto y turismo.
Por otro lado, Hungría ha entrado en la escena de los nómadas digitales con una visa de un año, renovable, cuyo costo es de USD 540. Los solicitantes deben demostrar ingresos mensuales de USD 2.100. La capital, Budapest, se ha convertido en un imán para los trabajadores remotos, gracias a su bajo costo de vida, su impresionante arquitectura histórica y una infraestructura tecnológica moderna que facilita el trabajo remoto en un entorno culturalmente rico.