La aviación comercial que transformó al mundo

Cuenta Tony Tyler, director general de la IATA, que este 1° de enero de 2014 se cumplen cien años del nacimiento de la industria de las aerolíneas.

Como hito histórico el CEO recuerda que fue un empresario llamado Percival Fansler, quien reunió a inversores, un piloto y un avión y que Abram C. Pheil fue el pasajero que pagó $400 para cruzar desde la ciudad de San Petersburgo a Tampa, en Florida (Estados Unidos), en poco más de 20 minutos.

“En el primer siglo de vuelos comerciales se ha dado a la gente la libertad para cruzar fronteras, para embarcarse en aventuras y satisfacer su curiosidad por el mundo. Hoy damos por sentado la posibilidad de usar esa libertad para conectarnos de forma segura a través de enormes distancias con amigos y familiares, unir negocios y mercados, unir ideas y conceptos, cultivar amistades y transporte de mercancías”, dice Tyler en su discurso.

Según las estimaciones de la IATA (aprovecho para recordar los datos de la Argentina), en 2014 se doblará la cifra de los 1,6 mil millones pasajeros que viajaron en el año 2000.

Además, entre los datos que aporta la entidad global, figura que más de un tercio de las mercancías del comercio internacional son entregados vía aérea y que más de 2,2 billones de dólares de actividad económica se apoya en el transporte aéreo. Y es cierto, hoy sería difícil encontrar un negocio que no es tocado por la aviación comercial.

Para tener una idea, hoy son aproximadamente unos nueve millones de personas que trabajan directamente en la industria. Desde trabajadores en los aeropuertos, pilotos, tripulantes de cabina, ingenieros, despachantes, personal de seguridad, hasta controladores de tránsito aéreo. Todos ellos hace posible que giren los engranajes de esta industria aerocomercial.

“Durante los próximos doce meses , la IATA se involucrará en una conversación global arraigada en los enormes cambios desde aquel primer pasajero subió a un avión hace cien años”, proyecta el CEO de la entidad.

Y como cierre, concluye: “Vamos a centrar todos los esfuerzos en hacer que el siglo que viene sea aún más trascendental”.

Feliz aniversario! Y a seguir volando... En definitiva, la sensación de subirse a un avión, despegar, volar durante horas y aterrizar en otra parte del mundo, me sigue pareciendo impresionante.