Pine Cay presume de tener una de las mejores arenas del mundo. Una arena blanca suave como el polvo, de un aspecto brillante y luminoso. Esa arena mágica se combina con aguas cristalinas. ¿Qué más? Se accede desde un corto viaje en bote desde Provo (Providenciales).
Es una isla privada con una extensión similar al Parque Tres de Febrero (Bosques de Palermo) en Turks & Caicos. Su modelo de gestión se basa en la propiedad colectiva de las 38 residencias que la integran, cuyas familias administran tanto el entorno natural como el hotel de 13 habitaciones mediante la asociación conocida como The Meridian Club.
Desde la
década de 1970, Pine Cay se posicionó como un referente del turismo de bajo
impacto en la región. La isla opera bajo principios de sostenibilidad, evitando
la circulación de automóviles. Los residentes y visitantes se desplazan
únicamente mediante bicicletas o carritos de golf eléctricos, siguiendo un
sistema de senderos que abarca cerca de 15 kilómetros.
En términos ecológicos, Pine Cay presenta un entorno diverso. Su playa de 4 kilómetros y su cercanía a una barrera de coral la vinculan directamente con ecosistemas marinos de alta relevancia.
A esto se
suma un lago de agua salobre conocido como “The Aquarium”, formado tras el paso
del Huracán Donna en 1960, que retuvo especies marinas que lograron adaptarse
al nuevo entorno cerrado.
El acceso a
Pine Cay está limitado exclusivamente a los propietarios de residencias, sus
invitados y los huéspedes del hotel. Esta condición permite controlar el flujo
de personas y preservar tanto el ambiente natural como la tranquilidad de la
comunidad.
La
experiencia turística que ofrece el hotel se enfoca en la conexión con la
naturaleza y la desconexión tecnológica. Su infraestructura se encuentra
integrada con el paisaje y diseñada para operar con bajo impacto ambiental,
respetando la identidad del lugar.
El modelo
de Pine Cay representa una alternativa dentro del turismo insular en el Caribe.
Su énfasis en la autogestión, el control del acceso y la protección del
ecosistema permite mantener un equilibrio entre el desarrollo turístico y la
conservación del entorno.