Gladys O'Mahony - Vicepresidente del Global Sales Organization para el Caribe & Latinoamérica en Marriott International.
Por Gladys O'Mahony - La industria de reuniones y eventos está experimentando un cambio transformador, donde la inclusión ocupa un lugar central. En este contexto, las prácticas neuroinclusivas se posicionan como una prioridad, aportando nuevas perspectivas para diseñar experiencias que verdaderamente integren a todos.
En la década de los 90, la inclusión en eventos solía limitarse a cumplir con estándares básicos de accesibilidad, enfocándose en aspectos físicos como la instalación de rampas para sillas de ruedas. Aunque estos esfuerzos fueron significativos en su momento, nuestra comprensión de la diversidad ha evolucionado considerablemente desde entonces. Los avances tecnológicos y un cambio social profundo han redefinido el concepto de inclusión, ampliándolo más allá de las barreras físicas para abarcar una mayor variedad de experiencias humanas.
Esta nueva perspectiva
ha puesto de manifiesto la relevancia de las prácticas neuroinclusivas,
especialmente en eventos de gran escala. Actualmente, el desafío no radica
únicamente en eliminar barreras físicas, sino en diseñar entornos que también sean
acogedores para la comunidad neurodivergente, incluyendo personas con autismo,
TDAH, dislexia y otras variaciones cognitivas. Estas consideraciones han dejado
de ser opcionales para convertirse en fundamentales, mientras avanzamos hacia
la creación de espacios realmente inclusivos, donde todos puedan participar
plenamente.
La brecha de
inclusión
Los eventos tienen el poder de conectar,
inspirar y educar, pero solo cuando todos se sienten parte de ellos. Para las
personas neurodivergentes, los entornos tradicionales de eventos pueden ser un
desafío, repletos de estímulos sensoriales y barreras comunicativas. Aunque
representan cerca del 30% de la población mundial, sus necesidades han sido, en
gran medida, pasadas por alto en la planificación de este tipo de experiencias.
Algunas
organizaciones del sector de la hospitalidad están cerrando esta brecha al
redefinir lo que significa organizar eventos realmente inclusivos. Están
adoptando prácticas neuroinclusivas de forma intencional, no solo adaptando
espacios, sino impulsando una transformación más profunda en el enfoque hacia
la inclusión.
Esto implica priorizar la empatía, la comprensión y un compromiso
genuino para que cada participante se sienta valorado. Este movimiento no se
limita a añadir nuevos elementos, sino que busca reinventar toda la experiencia
de los asistentes desde una perspectiva que refleje auténticamente la
diversidad.
Las prácticas neuroinclusivas marcando una diferencia
La colaboración
activa con comunidades neurodivergentes ha dado lugar a iniciativas que están
transformando eventos clave en mercados destacados de América Latina. Entre
estas prácticas se encuentran:
·
Salas de recuperación
sensorial: Estos espacios proporcionan un refugio esencial
para los asistentes que se sienten abrumados por la intensidad sensorial de
grandes eventos, ofreciéndoles un lugar tranquilo para relajarse y recargar
energías.
·
Herramientas y recursos
sensoriales personalizados: Brindar elementos como
auriculares con cancelación de ruido, juguetes antiestrés y gafas para
sensibilidad a la luz permite a los asistentes adaptar su experiencia a sus
necesidades individuales, reconociendo que la neurodiversidad requiere
soluciones personalizadas.
·
Comunicación accesible: Los subtítulos en tiempo real para las presentaciones principales garantizan
que todos, incluyendo quienes procesan información visualmente o tienen
discapacidades auditivas, puedan participar plenamente del contenido.
Lecciones en neuroinclusión
Actualmente,
líderes de la industria como Marriott International están impulsado avances
importantes en el diseño de eventos neuroinclusivos,
redefiniendo los estándares de la hospitalidad. Su enfoque en la creación de
experiencias neuroinclusivas ha generado lecciones clave que pueden servir de
guía para otras organizaciones.
· La educación como pilar fundamental: Ofrecer recursos para educar sobre la neurodiversidad y las prácticas neuroinclusivas fomenta una cultura de comprensión y preparación Esto garantiza que cada detalle de un evento sea diseñado con empatía y cuidado.
·
Diseño con conciencia sensorial: Incorporar elementos como áreas de descanso,
iluminación ajustable y señalización clara transforma los espacios en entornos
acogedores y no abrumadores.
·
Comunicación predecible: Brindar información estructurada y accesible, como horarios detallados,
ayudas visuales y señalización bien definida, reduce significativamente la
ansiedad de los asistentes neurodivergentes.
Redefiniendo los estándares de la
industria
Los esfuerzos
hacia la neuroinclusión no son simplemente ajustes temporales; representan un
cambio profundo en cómo la industria de eventos concibe e implementa la
inclusión. El impacto de estas prácticas trasciende las experiencias
inmediatas, invitando a todos los actores del sector a replantearse lo que verdaderamente
significa ser inclusivo, estableciendo así un nuevo estándar sobre el cual
otros podrán innovar y avanzar.
La industria de
reuniones y eventos enfrenta un momento decisivo: la oportunidad de liderar con
el ejemplo. Al adoptar estas estrategias, tiene el poder de marcar el camino
hacia la creación de entornos verdaderamente inclusivos. A medida que más
organizaciones reconozcan la importancia de la neuroinclusión, esta se
convertirá en un componente esencial del diseño, la planificación y la
ejecución de eventos.
Con la continua
evolución de la industria de la hospitalidad, la neuroinclusión no solo será un
indicador de progreso, sino también un motor clave para el éxito.