Con un récord de 100 millones de visitantes internacionales el pasado año, Francia reinvindicó su condición de primer destino turístico mundial. Recibió un 7,5 % más de turistas que en 2022 y un 10 % más que en 2019, previo al estallido de la pandemia.
El Gobierno francés, organizó días atrás un comité interministerial dedicado al turismo de cara a los Juegos Olímpicos de París del próximo verano, explicó que los ingresos por turistas internacionales en 2023 aumentaron un 12 % respecto al ejercicio precedente y un 11,8 si se compara con 2019, hasta 63.500 millones de euros.
En este caso -de ingresos por turismo internacional-, Francia quedó por detrás de España, que obtuvo el pasado año 84.900 millones de euros de ingresos por los turistas internacionales (+22,7 % respecto a 2022) pero por delante de Italia (51.800 millones, +17,1 %) y de Alemania (33.800 millones, +12,9 %).
A partir de abril, en todos los meses del pasado año se superó en Francia la recaudación que se había conseguido antes de la crisis de la covid. Como es habitual, los picos se consiguieron en agosto, con 6.900 millones de euros, y en julio con 5.400 millones.
Según explicaron, el fuerte incremento de esos ingresos refleja en parte el efecto de la inflación sobre los precios turísticos, pero también la progresión en la llegada de visitantes de países muy próximos a Francia, como los belgas (+37 %, respecto a 2022), neerlandeses (+28 %), suizos (+23 %) o británicos (+20 %).
De otros continentes, fue significativa la vuelta de los estadounidenses (+52 % respecto a 2019). Sin embargo, los asiáticos siguieron siendo mucho menos numerosos que antes de la covid, pese a la fuerte subida si se compara con 2022: +70 % para Japón y +30 % para China.
El saldo positivo para la balanza de pagos de Francia por los viajes internacionales presentó en 2023 un nuevo récord de 18.100 millones de euros