La temporada de verano se enfría con los anuncios del Gobierno, la crísis económica y los precios por las nubes


En las sierras cordobesas, con la temporada alta ya en línea de largada, dicen que las reservas de alojamiento son inferiores a las de otros años. Prácticamente ya nadie augura un gran verano turístico.

Es lógico. El cambio de gobierno con la motosierra hizo estragos. La crisis de la economía, más la fuerte escalada de los precios hizo complicado el panorama a quienes aún no habían cerrado las reservas y el transporte de sus vacaciones.

El escenario de unas vacaciones gasoleras en Córdoba. Una familia que alquila una cabaña para cuatro personas pagará unos 50 mil pesos por día, si busca entre las económicas. Son 350 mil pesos por siete noches, solo de alojamiento. A eso se le suman combustibles, comidas y algún entretenimiento para dimensionar el costo de una sola semana de vacaciones de bajas pretensiones.

Según empresarios del sector de la provincia de Córdoba en estas dos últimas semanas se plancharon las reservas, las consultas bajaron al 50% y hasta se registraron algunas cancelaciones.

Ante ese escenario los hoteleros reconocen: “Entramos en un terreno bastante delicado y estamos viendo de poder sincerar los precios lo menos posible”.

Hacia octubre, el incremento promedio que se había fijado en las cámaras hoteleras rondaba entre el 120% y el 150% respecto del verano anterior. Luego de algunas reuniones, la semana pasada la mayoría decidió mantener ese esquema y otros plantearon un reajuste del 10% adicional.

Por otro lado, algunos señalan que los aumentos más importantes podrían verse en los negocios gastronómicos.



¿Qué sucede en otros destinos que son competencia de Córdoba?

En Villa de Merlo, en San Luis, el secretario municipal de Turismo, Santiago Trobo, sintetizó a un medio local: “No se están tomando reservas porque no hay demanda. Hace unos días que no hay casi ni consultas”.

En Mar del Plata también se habla de reservas demoradas. Algunas estimaciones apuntan que hasta ahora sólo se alquiló la mitad de las propiedades disponibles para el verano. Los operadores confían en que, en las próximas semanas, con las medidas ya anunciadas, se acomoden precios y demanda.

En Bariloche a diferencia de los últimos años, cuando los empresarios del sector recomendaban viajar con reservas por el alto nivel de demanda, a pocos días de enero las consultas no abundan. “No es muy alentador el escenario. Es un día a día. Venimos muy flojos en cuanto al porcentaje de reservas”, resumió Martín Lago, presidente de la Asociación Hotelera Gastronómica de Bariloche.