Toledo es una ciudad antigua con mucho encanto. Está situada en una colina, dominando las llanuras de Castilla-La Mancha, en el centro de España. Es la capital de la región y es famosa por sus monumentos medievales árabes, judíos y cristianos en su hermosa ciudad antigua amurallada. Además, fue el hogar del talentoso pintor manierista El Greco en tiempos pasados. Un lugar lleno de historia y cultura que definitivamente vale la pena visitar. Aquí te contamos sobre algunos lugares que pueden enriquecer la visita a la Ciudad de las Tres Culturas.
Circo Romano: El Circo Romano de Toledo, alejado de las rutas turísticas habituales, es uno de los grandes desconocidos de la ciudad, a pesar de ser uno de los monumentos más importantes de la histórica toletum romana. Data del siglo I, está situado en la zona norte de la ciudad, en la avenida Carlos III, y en su momento tenía unas dimensiones de 422 metros de largo por 112 de ancho y un aforo aproximado de entre 15.000/30.000 espectadores.
Real Fábrica de Armas: Toledo también cuenta con una gran riqueza industrial, en parte gracias a su Real Fábrica de Armas, construida en 1761 y en funcionamiento durante más de 200 años. Hoy es parte del campus de la Universidad de Castilla La Mancha, aunque se puede visitar para contemplar su capilla, su biblioteca o sus naves y talleres.
Cobertizos: En la Edad Media hubo decenas de ellos, aunque ahora solo quedan unos pocos. Prohibidos en el pasado, entre otras cosas por ser refugio de malhechores, estas viejas construcciones unen en altura dos edificios de una misma propiedad. Algunos de los más conocidos, por las historias y leyendas con las que se les relacionan, son el de Santo Domingo el Real, perteneciente al convento de Santa Clara; el de San Pedro Mártir, hoy un acceso universitario, y el de Pozo Amargo, en una de las zonas más misteriosas de la ciudad.
Talleres de artesanía: Técnicas transmitidas de generación en generación te serán desveladas en los talleres de espadería y damasquinado de Toledo en los que puedes participar. Es recomendable visitar una auténtica forja de espadas y aprende a damasquinar. El visitante podrá llevarse tu propia pieza a casa.
Ruta subterránea: Se puede recorrer en la zona del casco antiguo. Paseando por debajo de la ciudad en una ruta subterránea hallarás ocultas mazmorras, termas, sótanos o baños árabes.
Senda ecológica: Disfrutar del entorno natural que envuelve la ciudad, con los monumentos más emblemáticos de fondo, es posible gracias a la Senda Ecológica de Toledo. Esta ruta sencilla de cinco kilómetros de distancia sigue el curso del río Tajo y ofrece unas vistas únicas. No hay vehículos y todo está correctamente señalizado, por lo que es ideal para hacerla con niños pequeños. Parte del Puente de San Martín y concluye en el Puente de Alcántara, aunque también se puede realizar en sentido contrario.