En Nueva York la reconocida terminal de TWA en el Aeropuerto
John F. Kennedy fue convertida en un hotel de lujo cuya inversión ascendió a
los 268 millones de dólares. Sus instalaciones retro-chic rememoran las buenas
viejas épocas. Fue en esa pista, estrenada en 1962, que los Beatles llegaron en
1965 siendo recibidos por una frenética fanaticada.
El diseño del arquitecto finlandés-estadounidense Eero
Saarinen convirtieron a la terminal rápidamente en un ícono de la era del jet. Las
compañías TWA y Pan Am fueron los primeros y únicos operadores den los Estados
Unidos que eran internacionales.
Se necesitaron unas 7000 personas para convertir esta antigua terminal del aeropuerto JFK en un hotel. Hoy, sus 512 habitaciones, cuyo costo inicia en 250 dólares la noche, cuentan con ventanas a prueba de ruido ya que el edificio está al lado de la pista de despegue. Se trata de un muro cortina de cristal de 4,5 pulgadas (11,4 cm), el segundo más grueso del mundo, para silenciar el ajetreo del JFK.
El hotel contará con una exposición permanente sobre TWA y
sobre sus gloriosas décadas, en la zona del lobby que fue diseñado en forma
circular sin ángulos rectos y bañado en los colores rojo y blanco, emblemáticos
de la aerolínea.