Si viajaron a Brasil y pudieron recorrer sus costas podrán notar la diferencia que tiene cada una de ellas. Más allá del color de la arena, del turquesa y el azulado de sus aguas, la distinción en esta región se percibe en las tradiciones. Claro, cada lugar tiene lo suyo.
El noredeste de Brasil la cultura africana y la europea se mezclaron más que en ninguna parte con los pueblos originarios. Hoy eso es evidente.
Brasil es un territorio inmenso, está formado por 27 estados. Natal se encuentran en Estado de Río Grande do Norte. La región del famoso nordeste brasileño también está conformada por los Estados de Alagoas; por Bahía; Maranhão; Sergipe; Piauí; Pernambuco; por Ceará cuya capital es Fortaleza y por Paraíba.
Río Grande do Norte limita al sur con Paraíba y al oeste con Ceará. El resto, en dirección norte y al este, se completa con la inmensidad del océano Atlántico. Eso sí, todos ellos comparten en mayor o menor medida un clima tropical que es el sello auténtico del lugar.
A Natal (navidad, en español) la reconocen como a Ciudad del Sol. En confianza también se la llama la Tierra del Camarón y es considera la Capital Mundial del Buggy. Además, acredita ser la cuna del tradicional forró. Pero eso ya lo veremos más adelante.
Cuando llegaron los portugueses a las playas de Natal, hace más de 400 años, muy distinta era la realidad. El imperio portugués se asentó allí hacia el año 1600 y a lo largo de su historia la ciudad también fue invadida por los holandeses. Es extraño, pero hoy en día parte de los turistas que recibe Natal provienen de esos dos países europeos.
También otro detalle de la historia, más próxima, se percibe en el aire. Si prestan atención en el momento en que el avión está por aterrizar en Natal se darán cuenta que algunos rezagos militares de la segunda guerra mundial siguen presentes. Por su cercanía al África, la ciudad sirvió como base aérea de Estados Unidos y tal vez un poco de esa influencia sigue presente.
El aeropuerto recientemente remodelado se encuentra a sólo 20 kilómetros del centro de la ciudad. Uno se da cuenta que ha llegado a destino cuando las puertas automáticas del aeropuerto se abren. Es decir, cuando el calor y la humedad todo lo invaden.
Caminando, playa por playa: los 400 kilómetros de playas del litoral potiguar se dividen en dos: en la zona del Litoral Sur y el Norte. En la capital del Estado do Norte se extienden las playas de Ponta Negra, Vía Costeira, Praia dos Artistas, Praia do Meio, y la Praia do Forte, donde se encuentra la Fortaleza de los Reyes Magos, principal monumento histórico y cultural de la ciudad.
Cuentan que la estructura fue originalmente construida en el año 1558 para proteger a los pobladores contra las invasiones francesas y holandesas que habían sido tentadas por la riqueza del caucho que se sacaba del árbol conocido como Pao Brasil, de donde proviene el nombre del este gran país.
Cuentan que la estructura fue originalmente construida en el año 1558 para proteger a los pobladores contra las invasiones francesas y holandesas que habían sido tentadas por la riqueza del caucho que se sacaba del árbol conocido como Pao Brasil, de donde proviene el nombre del este gran país.
Ahora, si de árboles se trata, Natal cuenta con un record en el Libro Guinness. Cuenta con el mayor Cajueiro del mundo. Aunque según nos contaron, se trata de una malformación de la especie, es impresionante ver este árbol que ocupa una manzana entera y que sigue creciendo desafiando los límites del urbanismo.
Por otro lado, continuando con el circuito de playas, después del río Potengi se puede acceder a Praia da Redinha, donde es casi obligatorio probar el tradicional plato local, la ginga con tapioca que sirven en el Mercado da Redinha.
La construcción de la Vía Costeira, una gran avenida en medio de las dunas, fue el punto de partida para el impulso del turismo en la década de 1980 y es en esta zona donde los principales hoteles y restaurantes de Natal se concentran.
Para tener una idea, Praia dos Artistas, Praia do Meio y Praia do Forte son las playas céntricas del litoral urbano y se caracterizan por ser pequeñas, con arrecifes y formaciones rocosas cerca y sobre de la costa. Suelen ser las playas frecuentadas por los pobladores de la ciudad.
Por otro lado, ubicada al sur y algo alejada del centro, está la Praia de Ponta Negra, que es por lejos la más linda de Natal. Allí se distingue por el Morro do Careca, que es un monte de arena de unos 120 metros de altura cubierto a los costados por la vegetación. En la playa de Ponta Negra además se encuentran la mayoría de las posadas y muchos bares y restaurantes sobre la playa.
Otro lugar hermoso que visitamos fue Genipabú que se encuentra fuera del municipio, a unos 20 kilómetros. Este espacio se destaca por sus dunas inmensas que, a diferencia de la duna del Morro do Careca, es accesible a los turistas, no sólo para que puedan escalarla practicar sandboard, sino también para que puedan atravesarlas en paseos con buggies que es una de las experiencias más recomendables para disfrutar en Natal. (Continuará...)