Adriana Romero: El turismo y la política, con acciones y recursos concretos

Trabajo en equipo. Secretaria de Turismo de La Pampa

La secretaria de Turismo de La PampaAdriana Romero destalló a este medio los puntos fundamentales en el que el sector turítico debe avanzar para continuar por la senda del crecimiento. Con el foco puesto en la modernización de la infraestructura, la conectividad, la capacitación, explicó la importancia de mejorar la comercialización y la comunicación. Y además, de destacar la necesidad de generar inversiones para la actividad y del respaldo político para su desarrollo, puso de relieve la necesidad de optimizar los espacios de interacción provincial como el Consejo Federal de Turismo. Pasen y lean.
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Adriana Romero, secretaria de Turismo de La Pampa
Por Adriana Romero. La estabilidad política y económica acompañada de un verdadero federalismo será la condición más urgente y necesaria a corto y mediano plazo para poder actualizar planes y proyectar la gestión del turismo en todos los niveles de la administración y del negocio.

La Argentina sigue siendo un vasto territorio con grandes contrastes y asimetrías en términos de desarrollo y es preciso que se aborde esa carencia con visión de Estado. Hay provincias que aún no tienen un vuelo diario a su capital pese a mostrar promedios cercanos a la plena ocupación.

Hay provincias que aún no han modernizado sus terminales aeroportuarias porque las obras están detenidas o no han comenzado. La infraestructura de calidad (aeropuertos, autovías, conectividad digital y transporte público) es una condición sine qua non para que el eufemismo de destino emergente no sea una eterna muletilla.

Los emergentes seguirán sin emerger si no superan las limitaciones a su crecimiento, aunque los organismos oficiales de turismo y el sector privado sigan esforzándose por capacitar en calidad y comercialización, ampliar y diversificar la oferta o pautar publicidades y notas en la prensa especializada.

En paralelo a esa tarea de proporciones más o menos épicas según los distritos, las administraciones provinciales deben honrar y cumplir sus legislaciones que coinciden casi todas en declarar al turismo de interés estratégico, primordial, sostenible, por su poder para crear empleo genuino, emprendedurismo y recuperación del patrimonio, en definitiva, una actividad que de ser gestionada como corresponde brinda oportunidades concretas de progreso en las familias.


El área de turismo debe contar con el respaldo de la más alta jerarquía política para que la orquesta suene bien. Y desde la más alta esfera del poder se deben tomar las decisiones para que la infraestructura que hará que las comunidades locales se beneficien en su modo de vida y los turistas se enamoren del lugar, brinde el soporte a la oferta de atractivos, servicios, experiencias y actividades que el sector turístico sabe producir y sostener.

Sin comunicación, el origen no se entera que existe el destino y la dialéctica no se produce. Se traduce en salir a contarle al mundo que el destino se las trae, que está preparado y ansioso por recibir visitas y que las promesas de felicidad serán cumplidas.

Sin inversión y promoción, entendida como una sólida y profesional estrategia de marketing, el volumen de arribos no aumenta; ello hace que no haya expectativa por parte del prestador de servicios que espera señales para invertir. Primero es el huevo y después la gallina. El buen comerciante sabe cuándo es el momento de invertir, está en su ADN y en su olfato. Es muy sensible y da rápida respuesta a las señales concretas y tangibles, como es el aumento de demanda ante una mayor difusión y promoción.

El apoyo político de los gobernadores e intendentes al desarrollo del turismo en sus provincias tiene un efecto hacia adentro en términos presupuestarios y de coordinación con el conjunto de las áreas transversales al turismo. Redunda asimismo en el desempeño y atención que reciba el organismo provincial ante el Consejo Federal de Inversiones y el Consejo Federal de Turismo. 


Este último debería ser el ámbito de exposición de las situaciones provinciales a través de los representantes regionales, más que la convocatoria a escuchar a funcionarios nacionales recitando el desempeño de su gestión.

El turismo es un sistema y requiere que la política aborde todas sus dimensiones con acciones y recursos concretos.