La gastronomía es mucho más que cocinar. Es un aspecto que refleja la cultura, la tradición y el sentido de pertenencia de una comunidad. Como los viajes, la gastronomía es además una forma de fomentar el entendimiento entre diferentes culturas, de acercar a las personas y sus tradiciones. Y eso es justamente lo que sucedió en la primera edición de “Viajando con Mercat: primera escala España”, el ciclo de gastronomía organizado por la Oficina Española de Turismo que tuvo en su inauguración la participación del cocinero Borja Blázquez.
El viaje a los sabores de España se plasmó a través de dos recetas magistrales del prestigioso chef nacido en el País Vasco: Gazpacho de langostinos y Arroz Negro con calamares. Así, durante su preparación, Borja se explayó sobre los orígenes de ambos platos dando cuenta de la influencia de costumbres milenarias que vienen desde el imperio romano o más tardíamente de la cultura árabe que tanto caló en España.
Pero no sólo enseñó el paso a paso de cada receta sino que además, entre rememoraciones de paisajes y climas de su niñez en la costa del Norte de España, dio una serie de tips para asar, sellar o tostar los alimentos y expuso su conocimiento sobre los aspectos científicos los procesos en la cocina. La masterclass sirvió además para hacer un repaso por las versiones, ya legendarias, del origen de las tapas y pintxos, tan representativas de la gastronomía española.
En esta propuesta de cocina en tiempo real, los platos fueron degustados por los participantes acompañado por vinos San Felicien de bodega Catena Zapata. Como entrante Borja presentó el gazpacho con langostino, típico del Andalucía y como principal un arroz negro con langostinos. La conducción del evento estuvo a cargo de Floxie, la influencer de viajes.
Se trató del primero de los encuentros programados en el nuevo polo gastronómico porteño Mercat Villa Crespo, organizado por España. Las siguientes clases se llevaron a cabo el 17 de septiembre, a cargo de Julieta Caruso y el 22 de octubre de la mano de Nadia Haron.
Desde ya, las tendencias actuales del turismo manifiestan un cambio en su relación con el patrimonio. Es decir, para conocer un pueblo es necesario conocer su memoria y su cultura, lo que le otorga justamente un carácter auténtico a cada destino. De ese modo, el patrimonio pasó a considerarse la materia prima de la actividad turística y se convierte en un recurso desde el momento en que los visitantes se interesan por él.
En este sentido, la gastronomía forma parte indispensable de un viaje, pero no sólo por el hecho de que los turistas deben alimentarse, sino por representar hoy en día un valioso recurso, un abanico de potencialidades. Así lo han entendido desde España que se ha consolidado como una potencia turística a nivel global.