Pistas para descubrir El Cadillal, el dique Celestino Gelsi en Tucumán


Tucumán es sinónimo de naturaleza, de vegetación, de esa humedad que bendice gran parte de su territorio y le da un verdor único. Hacia el norte de la Capital provincial, y a medida que la Yunga comienza a espesarse, la sensación de bienestar que entrega el frondoso paisaje en todas las épocas del año, se hace presente. Es en esta zona de la provincia donde nos encontramos con la majestuosidad del dique Celestino Gelsi, un amplio reservorio de agua rodeado por el verde paisaje tucumano.

Viajando hacia el norte, por la Ruta Nacional 9, luego de 20 kilómetros desde el centro de la ciudad, se accede a la Ruta Provincial 347, la que por 6 kilómetros más, nos permite llegar al embalse Celestino Gelsi, ubicado en El Cadillal.


Este dique rodeado de montañas y de la imponente vegetación de la Yunga es el lugar ideal para que la práctica deportiva se convierta en una experiencia inolvidable. A esto se suma la bondad del clima de la zona durante todo el año, un remanso de frescura y humedad que predominan en el ambiente acuático, aún en los tan tórridos días del verano tucumano.

El mayor espejo de agua de la provincia ofrece la posibilidad de practicar una amplia variedad de deportes acuáticos, como el windsurf, kitesurf o kayak, además de disfrutar en familia de paseos en lancha y catamarán. 

El kayak, en distintos clubes náuticos de la zona, es una experiencia accesible para cualquiera que se anime a avanzar aguas adentro, con todas las medidas de seguridad disponibles para realizar la práctica sin riesgos, sin necesidad de una experiencia previa. Quienes dudan de sus fuerzas para el remo, pueden optar por navegar en un kayak doble, acompañados de un instructor.

Pero la experiencia natural que ofrece El Cadillal no solamente está en el agua. Por los distintos senderos y lugares que rodean el espejo de agua, el deporte de aventura se puede disfrutar en todo su esplendor, particularmente con la práctica de Mountain bike, uno de los deportes más desarrollados en la provincia, el canyoning o el trekking. 


Recorrer en bicicleta estos senderos verdes y boscosos, suspenderse entre las cascadas de los afluentes del dique o caminar en búsqueda de las cimas de las montañas aledañas son algunas de las posibilidades de disfrutar el lugar.

Se ofrecen distintos servicios gastronómicos para todas las horas del día y para todos los bolsillos, y además una impresionante aerosilla de 600 metros de recorrido que lleva a la cumbre de la Sierra de Medina, desde donde se observa la imponencia del embalse y la maravillosa vegetación de su entorno.

Existen distintos espacios arquitectónicos como el Museo Arqueológico El Cadillal (MAC), una confitería, un amplísimo anfiteatro, terrazas con vistas panorámicas, locales comerciales, conectados entre sí por escaleras, puentes y pasarelas.

Para culminar esta experiencia única para los visitantes, a sólo tres kilómetros del dique se accede a la Reserva Natural Aguas Chiquitas, que protege el increíble ecosistema del Bosque de Transición, con especies animales y vegetales únicas, y enormes caídas de agua, con cascadas de hasta 40 metros de altura. Para llegar hasta allí es necesario recorrer a pie esos tres kilómetros, siempre con la guía de prestadores habilitados.

La historia del Dique Celestino Gelsi

El abastecimiento de agua a la población de San Miguel de Tucumán fue la gran preocupación de los gobernantes de la provincia durante las últimas décadas del siglo XIX. Eso hizo que el teniente Lucas Córdoba, quien asumió su segundo mandato como titular del ejecutivo, a fines de 1901, le encomendara a su gabinete impulsar el proyecto de embalse de los caudales del río Salí, en la zona denominada El Cadillal.

La iniciativa tuvo aceptación unánime en ambas cámaras y se dispuso la inversión de un millón de pesos para la ejecución de las obras, a través de la ley aprobada el 7 de diciembre de 1903.

Según lo establecido en el plan original, el desarrollo del dique tenía como objetivo garantizar el riego de un extremo al otro de la provincia, con la meta de asegurar mayores beneficios a los agricultores. La represa tendría la capacidad para regar 100 mil hectáreas de forma permanente, extendiendo los beneficios a las zonas de Leales, Tafí Viejo y Burruyacu.

Ya en 1962 se retomó la construcción del Dique, culminando en 1965. También en 1962 se edificaron las primeras viviendas para alojar a los ingenieros a cargo de la obra, que finalmente dieron origen a la actual villa veraniega. El embalse tiene una extensión de 11 kilómetros de largo, unos cuatro de ancho, y 67 metros de profundidad máxima. Su nombre oficial, Dique Celestino Gelsi, homenajea a un exgobernador tucumano e impulsor de su construcción.

Más información: www.tucumanturismo.gob.ar