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| Scioli en la cuerda floja. En el sector temen que se despida en los próximos días. |
La renuncia de Guillermo Francos a la Jefatura de Gabinete y el ascenso de Manuel Adorni reordenan el mapa político del Gobierno nacional y abren un interrogante clave: el futuro del área de Turismo, Ambiente y Deportes, bajo la órbita de Daniel Scioli, uno de los funcionarios más expuestos tras el reacomodamiento interno.
Scioli, designado en diciembre de 2023 como secretario de Turismo, forma parte del grupo político que respondía directamente a Francos. Su continuidad quedó en duda tras los movimientos recientes que consolidan el poder de Karina Milei y Santiago Caputo, quienes impulsan una nueva estructura que busca centralizar las decisiones políticas y presupuestarias.
Inestabilidad en una cartera estratégica
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La eventual salida de Scioli genera incertidumbre en un momento crucial para el turismo argentino, en plena temporada de planificación de estrategias internacionales y acuerdos de promoción.
Durante su gestión, el funcionario mileista, exkirchnerista había propuesta reactivar la participación de Argentina en ferias globales, priorizó la conectividad aérea y fomentó la coordinación con un sector de la Cámara Argentina de Turismo, en un contexto de fuerte retracción del gasto público.
Fuentes del trade señalaron a RADAR que “una nueva transición en la Secretaría podría retrasar proyectos en marcha”, especialmente los vinculados a la promoción internacional, la recuperación de mercados emisores y la coordinación con las provincias.
Turismo y política: un área en disputa
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| Una imagen para el olvido: Scioli, Milei y Francos. Hoy soplan vientos de cambios en el Gobierno |
El área de Turismo y Deportes, que depende del Ministerio del Interior —ahora vacante tras la salida de Lisandro Catalán—, podría ser absorbida dentro del rediseño estructural que impulsa Santiago Caputo, quien busca concentrar bajo su órbita competencias de Transporte, Obras Públicas y Relaciones con los Gobernadores.
Este movimiento dejaría al turismo en una posición más técnica y menos política, lo que, según analistas del sector, “podría debilitar su capacidad de incidencia en el gabinete económico y limitar la continuidad de acuerdos internacionales de promoción”.
Expectativa en el sector privado
Empresarios y cámaras del turismo observan con preocupación el panorama. La inestabilidad política complica la previsibilidad de las políticas públicas y el diálogo con las provincias, en un momento en que el país necesita consolidar la recuperación del turismo receptivo y sostener el flujo de visitantes extranjeros, que representa una de las pocas fuentes genuinas de ingreso de divisas.
Mientras tanto, en la Casa Rosada aseguran que el nuevo esquema buscará “mayor eficiencia administrativa”, pero aún no está claro quién quedará al frente de la política turística. En el sector, la expectativa es que cualquier definición preserve la continuidad técnica y la estabilidad institucional alcanzada en los últimos meses.



